¿Qué estudia el arqueólogo?
El trabajo del arqueólogo ha resultado ser uno de los más aclamados por la cultura popular a lo largo de la historia del entretenimiento, películas, comics, series y libros; se han presentado con las aventuras de un explorador investigando civilizaciones antiguas y artefactos ocultos, escapando del peligro y resolviendo viejos enigmas.
No obstante, esta imagen se aleja lo más posible al verdadero trabajo que realizan los arqueólogos en la actualidad.
¿Qué estudia el arqueólogo?
Los arqueólogos son los profesionales que se especializan en la arqueología, ciencia social encargada de estudiar los cambios históricos que se producen entre las sociedades antiguas y las actuales. Para ello analizan objetos o restos que permitan inferir las costumbres y actividades que se realizaban en el pasado.
En el proceso, el arqueólogo debe especializarse en diversas ciencias auxiliares como la geografía, sociología, antropología, historia e incluso en la biología.
Se suele considerar como una especialización de la antropología ya que contribuye con la expansión del conocimiento histórico del ser humano.
Es por esto que su estudio puede abordarse de diferentes formas acorde a la universidad que oferte la carrera. La primera de ellas corresponde a estudiar cinco años académicos en la licenciatura de antropología y posteriormente especializarse en la arqueología, en consecuencia la segunda opción sería estudiar directamente una licenciatura en arqueología con una duración media de cinco años.
Campo laboral
Pese a lo que la ficción suele comentar, el trabajo del arqueólogo guarda similitud con el de otros especialistas en las ciencias sociales ya que se encuentra enfocado en la investigación académica, pero a diferencia de otros campos puede encargarse de ciertas funciones como pueden ser:
- Coordinar excavaciones y preservar restos históricos. Además de ser parte de dicho equipo de excavación.
- Planificar y dirigir el trabajo con topógrafos y geofísicos para la identificación de sitios arqueológicos.
- Inspeccionar y asegurarse de la conservación de exposiciones en museos o de yacimientos históricos.