¿Qué estudia la apicultura?

que estudia la apicultura

A lo largo de nuestra historia, la humanidad ha conseguido obtener múltiples beneficios de su entorno, explotando con sabiduría los frutos, bayas, plantas y animales que nos rodean. Con el objetivo de evaluar dichos recursos y poder otorgarles un respectivo uso, el cual puede variar desde lo medicinal y nutritivo, hasta lo estético y cultural.

Es por ello que no es sorpresa para nadie que las abejas hayan representado un punto crucial en el desarrollo de la sociedad. De hecho, su importancia se puede categorizar bajo una perspectiva ecológica, ejerciendo un papel fundamental como agentes polinizadores, o económica al ser las principales productoras de cera y miel.

¿Qué estudia la apicultura?

La apicultura es el nombre que recibe la crianza y cuidado sistemático de abejas con el objetivo de conseguir la mayor cantidad de productos que puedan recolectar o elaborar por sí mismas. Su nombre proviene del latín api; abeja y cultura; crianza, la crianza de abejas.

El principal producto que se extrae de esta actividad es la distintiva miel de abeja, la cual por su característica dulce y viscosa es utilizada en distintas formas. Generalmente desempeña un papel gastronómico al ser uno de los saborizantes más saludables, no obstante, también tiene usos medicinales al tratar dolencias relacionadas al dolor de garganta, resfríado o tos crónica, e incluso hay estudios que afirman que posee ciertas propiedades cicatrizantes en nuestro cuerpo.

Además de la miel, se extraen otros elementos igual de importantes como la cera, el polen, la jalea real, los propóleos e inclusive el propio veneno de las abejas. Cada uno de estos elementos posee una notable importancia en la perspectiva económica, gastronómica y farmacéutica que rodea al mundo de la apicultura, siendo una de las profesiones con mejores ingresos económicos.

Propiamente, la apicultura no corresponde a una carrera universitaria. Sin embargo, existen múltiples cursos y guías de seguridad que se deben cumplir para evitar posibles daños que afecten al individuo o a terceras personas.

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